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"Mircea Eliade, historiador de las religiones"
El Ciervo. Revista de pensamiento y cultura, año 49, núm. 588 (marzo 2000), p.35-38
Sumari
Abstract
Mircea Eliade (1907-1986) is perhaps the greatest historian of Religions of the twentieth-century. But, in addition, Eliade wanted to be "a Rumanian writer". Its narrative works are also very interesting. A uniform approach and style conforms all his works, including essays and narrative. And above all of them we can see the immense curiosity of the author, especially in the scope of Religion. This paper draws up the Biography of Eliade (from his trip to India to his teaching in Chicago). It also reviews his different works, and offers a complete information of one of the most influential twentieth-century intellectuals.
Introducción Entre los estudiosos de las religiones el nombre de Eliade es un referente obligado. Sus ensayos, tratados o su Historia de las creencias religiosas son y han sido fuentes obligadas de estudio.
Algunos de estos estudios ya habían sido traducidos y publicados en nuestro país, pero también habían sido olvidados o descatalogados. Hoy se vive una auténtica fiebre de reedición o nueva publicación de las obras de Eliade. Se rescatan ediciones, se amplía la oferta, y, lo que es sumamente indicativo, se publica también su obra narrativa y memorialística.
Quizás este rescate de la figura y obra de Eliade obedezca al creciente interés que la cuestión religiosa suscita en los círculos culturales que antes habían menospreciado la cuestión o la consideraban irrelevante. Como dijo el propio Eliade, parece que el "futuro será religioso o no será". Incluso cuando este interés viene justificado por una visión sesgada: el papel de los fundamentalismos o de las motivaciones religiosas en los conflictos del presente y previsiblemente del inmediato futuro.
Sea como fuere, bienvenida sea la actualidad de Eliade. Pues, en efecto, en su inmensa obra late una curiosidad sin límites por el fenómeno religioso, una mirada aguda sobre su variedad y su profunda unidad. Seguir la obra de Eliade permite abismarse en las manifestaciones más diversas, de Oceanía a América, de las religiones primitivas a los fenómenos pseudoreligiosos de la modernidad. Su inmensa erudición podría llegar a abrumar, pero un estilo ágil y eléctrico permite que lectores de muy diverso nivel (desde el especialista hasta el aficionado) puedan gozar de sus enseñanzas.
Como es lógico en un intelectual de su envergadura, su obra se nutre y a la vez vivifica las disciplinas más diversas, de la antropología a la mitología, pasando por la historia o la sociología.
Siendo como fue, por su biografía personal e intelectual, un hombre ecuménico, él mismo había dicho que en principio sólo "pretendía ser un escritor rumano". Y es que repasando pasajes de sus memorias, por ejemplo sus diarios de 1945-1948, se constata que su verdadera y declarada vocación era la de novelista. Por lo que parecería, según su propia confesión, que su ingente obra en el campo de la historia de las religiones fuera un mero accidente. Visto retrospectivamente, es seguro que Eliade pasa a la Historia por este "accidente", más que por su obra narrativa, aunque ésta contenga algunas obras memorables. El destino le desmintió su vocación. Como también fue el destino o el azar, además de su voracidad y curiosidad, el que lo llevó a un periplo que, tras su nacimiento en Bucarest, se inicia en la India y concluye en EE.UU. Pero él quiso ser rumano. Y ciertamente, si repasamos, otros nombres ilustres de la intelectualidad rumana del siglo XX, veremos que un aire de familia los une. Citemos algunos de los más destacados: Emil Cioran (1911-1995) y Eugene Ionesco (1912-1994), con los que compartió amistad y exilio en Francia. El filósofo más "nihilista" del siglo XX (Cioran) y el creador del "teatro del absurdo" (Ionesco) comparten con Eliade una altura intelectual que obliga a preguntarse por las fuentes de esta generación rumana. Otros rumanos ilustres de la misma generación fueron Jean Negulesco (1900-1993) y Tristan Tzara (1896-1963), uno de los creadores del dadaísmo.
Una sólida formación, quizás más sólida por estar ubicados en un ambiente a priori "provinciano", su pertenencia a un país que en la periferia sufre la crisis de la conciencia europea, el drama de la elección entre el supuesto "futuro luminoso de la humanidad" (el comunismo) y el apego a la tradición, pueden ser factores que expliquen la emergencia de esta generación. En unos condujo a la expresión de una conciencia desgarrada, como en Cioran o Ionesco; en otros, como Eliade, condujo a una búsqueda de las raíces de ese desasosiego, que serían las raíces religiosas. Él mismo había dicho que la razón de su vehemente investigación de las religiones es porque en ellas percibía "toda la nostalgia y el entusiasmo que percibo en el hombre moderno".
Esta búsqueda no se circunscribe al ámbito que le sería propio, el de las religiones de Occidente. Su impulso es más universal, y se dirige en primer lugar hacia Oriente. En efecto, a los 21 años de edad (en 1928) se traslada a India para ampliar sus estudios y preparar la que sería su tesis doctoral. En sus tres años de estancia traba conocimiento con Dasgupta, ilustre historiador de las religiones y filosofías de la India (véase su monumental History of Indian Philosophy, en 5 volúmenes), y también con la hija de éste, lo cual incomodó al maestro. Regresó a Bucarest en 1931 donde ejercería la docencia, pero ya "tocado" por ese aire orientalista de profundo respeto por el hecho religioso.
Fruto de ese profundo conocimiento de las religiones de Oriente es la publicación más adelante de su tesis en francés: es la conocida obra Yoga. Inmortalidad y libertad. En ella ya se observan los rasgos propios de su aproximación metodológica y de su estilo: el yoga es abordado en cuanto escuela específica, en cuanto práctica del conjunto indisoluble cuerpo-mente, y como hilo presente en todo el recorrido de las creencias y de las religiones indias (con interesantes incursiones en los paralelismos que pueden establecerse entre las prácticas yóguicas y otras de otras latitudes o épocas, por ejemplo la kenosis de los monjes ortodoxos del Monte Athos). Es decir, una presentación en profundidad, "desde dentro" y a la vez histórica, y por otra parte repleta de sugerencias, de apuntes transversales.
Esas características se mantienen y se desarrollan a lo largo de sus posteriores estudios y publicaciones. Con una actitud desbordante y una inmensa capacidad de trabajo, tal como atestiguan sus diarios de sus primeros años de exilio. Pues, en efecto, en 1940, ya iniciada la II Guerra Mundial, abandona Rumanía por motivos personales y políticos, y tras estancias en Lisboa y Londres se instala en París en condiciones muy precarias. Sin recursos, en una habitación gélida en los inviernos, escribe y estudia en jornadas de 15 horas de trabajo. En ellas intenta hacer compatible su labor ensayística y la narrativa, aunque el reconocimiento, que tarda en llegar, le viene del lado de la ensayística.
Finalmente, ya con un reconocimiento creciente, es llamado a Estados Unidos en 1956, donde se instala y es admitido en la Universidad de Chicago. En esa universidad alcanza sus mayores méritos académicos impartiendo sus cursos de Historia de las religiones, hasta su muerte en 1986.
De esa larga etapa americana proviene parte importante de las publicaciones de Eliade. Una etapa en la que se consagra como una de las voces más autorizadas en el estudio de las religiones.
Su obra abarca los más diversos temas y panorámicas, desde el ensayo preciso (por ejemplo El Chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis) a las monografías (por ejemplo Patanjali y el Yoga), al ensayo de síntesis (por ejemplo Mito y realidado El mito del eterno retorno), a la historia sistemática (su inacabada Historia de las creencias y de las ideas religiosas) y el tratado (su imprescindible Tratado de historia de las religiones).
Lo que esta vasta obra señala es una intención básica: la de rescatar la historia de las religiones de la fría y distante erudición que le precedía o le rodeaba. Para Eliade el hecho religioso es un hecho vivo, incluso cuando se estudia su recorrido histórico. Según él mismo definió, "la historia de las religiones no se limita simplemente a una disciplina histórica, ... es igualmente una hermenéutica total llamada a explicar cualquier clase de contacto del ser humano con lo sagrado".
Por eso, el mérito de Eliade consiste en haber rescatado esta disciplina de una especialización erudita y fría, de unas pautas interpretativas en clave materialista o freudiana, todas ellas ajenas y externas al hecho religioso mismo. Es así que definimos su actitud como un estudio "desde dentro", y su método como una hermenéutica total que acude a campos o enfoques diversos (el fenomenológico, el simbólico, el histórico, el mitológico, incluso el literario). Y ello sin pérdida de rigor o erudición, pero eso sí con una capacidad transversal, sintética, panorámica, y sobre todo sugestiva, que puede tocar la sensibilidad del lector actual. Él no disecciona cadáveres, sino que observa cuerpos vivos, aunque sean cuerpos del pasado. Este tipo de actitud le acerca al enfoque jungiano con el que compartió inquietudes en el llamado círculo Eranos. También es reconocible la influencia de la revolucionaria obra Lo santo de Rudolf Otto.
Es por ello que debe agradecérsele también un estilo directo. De hecho este rasgo no es sólo estilístico, forma parte del todo de una actitud. Eso se ve muy claramente en una de sus obras cumbres: el Tratado de historia de las religiones. Contra lo que puede esperarse de un Tratado, parece que la exposición no contenga una metodología precisa, o al menos –y eso también se agradece- no contiene farragosas disquisiciones o introducciones metodológicas. Sólo encontramos una breve presentación a cargo de Georges Dumézil, un escueto prólogo a cargo del autor y un primer capítulo que aborda cuestiones de método pero ya entrando en materia, en este caso en la cuestión de las hierofanías.
El método va desarrollándose a lo largo de la propia obra, en la forma de abordar cada temática, con la intención siempre expresa de mostrar una panorámica y un entendimiento sintético.
Ávida curiosidad y capacidad narrativaProbablemente esta actitud metodológica no sólo responda a una elección consciente en el campo propio de su disciplina. Se adivina ahí también al narrador. Y una curiosidad sin límites, curiosidad que un exceso de rigor metódico limitaría.
En efecto, su estilo ensayístico es profundamente narrativo, incluso mítico. Y su curiosidad le lleva a recorrer fuentes dispares, enfoques distintos, temáticas aparentemente lejanas pero en las que él descubre relaciones significativas. Toda esa red de relaciones ha de ser descubierta mediante un método eminentemente literario: la literatura posee esa libertad que a veces el ensayo no posee. Un ejemplo elocuente es su ensayo De Zalmoxis a Gengis-Khan. Esta obra se inicia en la figura mítica de la Dacia neolítica, figura que fue retomada por la escuela pitagórica, y tras numerosas incursiones en las religiones y el folklore de la Europa Oriental fija su atención en el jefe mogol del s.XII-XIII y aún se adentra en las expresiones cristianas del dualismo.
Todo este amplio análisis, hecho con rigor y amenidad, sólo puede hacerse con la maestría de Eliade, y con su capacidad narrativa, aunada a un conocimiento profundo y detallado de las fuentes manejadas.
Es tal el dominio de la materia por parte de Eliade que pocos podían atreverse a elaborar a título individual una Historia de las creencias y las ideas religiosas de alcance universal. Obra inacabada e interrumpida a su muerte, ofrece sin embargo en sus tres volúmenes una panorámica muy completa (su discípulo Ioan P. Couliano se encargó del cuarto y último volumen). Pero, al margen de su capacidad individual, también debe destacarse su capacidad para las obras colectivas. En esta línea, la obra más destacable es The Encyclopedia of Religions, obra por él dirigida que consta de 16 volúmenes.
Pero, como ya dijimos antes, la vocación más profunda de Eliade era la de narrador, aspecto en el que fue, a pesar suyo, menos reconocido. Ahora, con la reciente publicación de esta parte de su obra, el reconocimiento ha llegado. En esta faceta, Eliade se muestra formalmente bastante tradicional: entiende que la novela ha de contar una acción, describir unos personajes y sugerir una conclusión. Es indicativo, por ejemplo, que criticara las novedades formales de un Joyce. No significa eso que su narrativa pretenda un realismo a ultranza. Al contrario, en muchas de sus novelas y relatos se respira una atmósfera irreal y mágica. Quizás la obra más lograda en esa línea sea Medianoche en Serampor, conjunto de dos relatos que convencionalmente podrían clasificarse dentro del género fantástico o exótico, pero que por su profundidad espiritual desbordan tal estrecha clasificación. También a ese género pertenece la novela corta La señorita Cristina, una "historia de fantasmas y de amor" situada en su Rumanía natal.
La mayor parte de la obra narrativa de Eliade sitúa justamente la acción en Rumanía, como si las raíces le obligaran a retomar los paisajes de su infancia y de su juventud incluso tras largos años de ausencia. En alguna de ellas, como la ambiciosa La noche de San Juan, se recrea el clima cultural y político de la Rumanía de entreguerras.
Al margen de que consideremos que su obra narrativa es más irregular que la ensayística, aunque contenga obras muy notables, su sola producción da fe de un espíritu inquieto, abierto a una forma de contar que supera la rigidez del simple erudito. Esa característica también es visible en sus diarios y memorias. Constituyen el valioso testimonio de uno de los intelectuales más agudos de ese siglo, de un siglo que quiso enterrar la religión y acabó reencontrándola.
Mircea Eliade nació en Bucarest en 1907. Se licenció en filosofía en 1928. Partió a la India, donde residió hasta 1931 estudiando sánscrito, filosofías y religiones en Calcuta al lado de Dasgupta. También vivió aislado en el Himalaya durante seis meses. De vuelta a Rumanía se doctoró con una tesis sobre el Yoga, antecedente de su famosa obra Yoga. Libertad e inmortalidad. Enseñó hasta 1939 historia de las religiones. Al estallar la II Guerra Mundial fue nombrado agregado cultural en Londres. Se exilió en París en 1945, donde acabó enseñando en la Sorbona. En esta etapa de su estancia en Francia se fraguó su prestigio: publicó, entre otros, su Tratado de historia de las religiones (1949). Colaboró con Jung en el círculo Eranos y con Jünger en la Revista "Antaios". En 1956 se trasladó a EE.UU., instalándose en Chicago, en cuya universidad desarrolló hasta su muerte en 1986 su labor docente e investigadora. Entre sus numerosas publicaciones destaca su inacabada Historia de las creencias y de las ideas religiosas (1976-1985) y la dirección de la obra en 16 volúmenes Encyclopedia of Religions.
Esta bibliografía no pretende ser exhaustiva. Se presenta por orden alfabético, según géneros, y según las ediciones más asequibles.
Alquimia asiática. Paidós, Barcelona, 1992
El Chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis. Fondo de Cultura Económica, México, 1992
Cosmología y alquimia babilónicas. Paidós, Barcelona, 1993
Herreros y alquimistas. Alianza, Madrid, 1996
Historia de las creencias y de las ideas religiosas. 4 vols. Paidós, Barcelona, 1999.
Imágenes y símbolos. Taurus, Madrid, 1992
Iniciaciones místicas. Taurus, Madrid, 1989
Mefistófeles y el Andrógino. Labor, Barcelona, 1984
El mito del eterno retorno: arquetipos y repetición. Alianza, Madrid, 1998
Mito y realidad. Labor, Barcelona, 1985
Mitos, sueños y misterios. Grupo Unido de Proyectos y Operaciones, 1991
Ocultismo, brujería y modas culturales. Paidós, Barcelona, 1997
La Prueba del laberinto. Cristiandad, Madrid, 1980
Lo sagrado y lo profano. Paidós, Barcelona, 1998
Tratado de historia de las religiones. Cristiandad, Madrid, 1981
El vuelo mágico y otros ensayos. Siruela, Madrid, 1997
Yoga. Inmortalidad y libertad. La Pleyade, Buenos Aires, 1977
De Zalmoxis a Gengis-Khan. Cristiandad, Madrid, 1985
Obra en colaboración
The Encyclopedia of Religions. 16 vols. Ed. dir. M. Eliade. MacMillan, New York, 1987
Eliade, Mircea ; Couliano, Ioan P. Diccionario de las religiones. Círculo de Lectores, Barcelona, 1997
Eliade, Mircea ; Kitagawa, Joseph M. Metodología de la historia de las religiones. Paidós, Barcelona, 1996
Narrativa
Boda en el cielo. Ronsel, Madrid, 1996
El burdel de las gitanas. Siruela, Madrid, 1995
Los jóvenes bárbaros. Pre-textos, Valencia, 1998
Medianoche en Serampor. Anagrama, Barcelona, 1981
La noche de San Juan. Herder, Barcelona, 1998
La señorita Cristina. Lumen, Barcelona, 1994
Tiempo de un centenario. Kairós, Barcelona, 1999
El Viejo y el funcionario. Laia, Barcelona, 1984
Diarios y Memorias
Diario íntimo de la India. Pre-textos, Valencia, 1998
Diario íntimo indio (1929-1931): novela indirecta. Pre-textos, Valencia, 1997
Fragmentos de un diario. Espasa-Calpe, Madrid, 1979
La India. Herder, Barcelona, 1997
Memoria. Tomo 1. Las promesas del equinoccio. Taurus, Madrid, 1983
En Internethttp://www.westminster.edu/staff/brennie/eliade/mebio.htm
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